Naufragio en las costas de Libia: una tragedia anunciada. ¿Hasta cuando?

comunicado prensa Migreurop

El 29 de marzo 2009, a 30 Km. de las costas de Libia, ha sucedido uno de los naufragios más importantes de la historia de la inmigración en Europa: de tres embarcaciones que salieron de Libia, dos se hundieron y la tercera desapareció.

Las cifras provisionales hablan de 23 personas rescatadas, 21 cadáveres y más de 500 desaparecidos que seguramente se hundieron en el Canal de Sicilia. Como siempre ocurre en tales circunstancias, las informaciones son opacas y muchas veces contradictorias. La agencia de prensa de Libia se limitó, en un primer momento, a anunciar que la mayoría de las y los migrantes eran procedentes de Egipto y que las tres embarcaciones habían salido del puerto de Sid Belal Janzur, con un total de 257 personas a bordo. En cuanto a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), anunció dos días después, el 31 de marzo, que el número de víctimas de los tres barcos se acercaba a 300. En Italia (país de destino de estos viajeros), la prensa recogió de manera alternativa las informaciones de Libia y afirmó que las 257 personas procedían del mismo barco: si se comprueban los datos, aumentaría pues la estimación del número de desaparecidos/as.

Más allá de estas estimaciones macabras, son muy lamentables las declaraciones de Libia, que hacen de esta tragedia la consecuencia del vendaval que soplaba entonces. ¿No debería más bien ser atribuida la responsabilidad de esta hecatombe a la Unión Europea, que promete 20 millones de euros al Estado de Libia a cambio de su colaboración en la lucha contra la inmigración irregular? ¿A Italia, que desde el año 2000 sigue firmando diversos “tratados de amistad” incluyendo cláusulas migratorias, con esta dictadura? ¿Y también a Libia que, como sus vecinos del Magreb, utiliza a los migrantes como moneda de intercambio para obtener una posición privilegiada en las negociaciones internacionales?
Podemos temer que la reacción de las autoridades ante esta nueva tragedia sea, una vez más, instrumentalizar esos dramáticos sucesos, sin consideración de las causas reales que obligan los migrantes a arriesgar sus vidas para alcanzar Europa, con el fin de justificar el endurecimiento de los controles.

También debemos temer los efectos que tendrá en esta parte de las fronteras marítimas el proyecto italiano de externalizar las operaciones de patrullas de las costas de Libia, que solo harán incrementar el número de tragedias marítimas y la puesta en peligro de las personas devueltas a un país que no respeta los derechos como Libia.

Migreurop pide a la Unión Europea, y particularmente a Italia, que deje de negociar con Libia. A corto plazo, Migreurop pide que se aclaren las condiciones de este naufragio, que sigan las operaciones de rescate, para dar un nombre a los migrantes y así no dejar que nos olvidemos de ellos, como ocurre con todos los náufragos de la migración. Es también imprescindible perseguir y condenar a los responsables de esta verdadera guerra que Europa ha declarado a los migrantes, en sus fronteras y mas allá.

Migreurop, 1 de abril de 2009

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