ACNUR-Libia: suben las subastas, la pagan los migrantes.

ACNUR ha anunciado que el gobierno libio le ha pedido que cierre su oficina y cese sus actividades en Libia.

A la indignación de quienes, en nombre de la ayuda prestada por ACNUR a los solicitantes de asilo, deploran esta orden, Migreurop opone sus dudas: ¿Qué precio pagará Europa para que Muammar Gaddafi autorice de nuevo la presencia de ACNUR en su territorio?

En efecto, la decisión de desalojar al ACNUR se realiza al tiempo que se inauguraba, este martes 8 de junio, la séptima ronda de negociaciones sobre una asociación entre la UE y Trípoli. Las cuestiones principales que quedan por resolver se refieren a la inmigración ilegal y al reconocimiento del Tribunal Internacional de Justicia. Para avanzar en las negociaciones, Libia exige una financiación suplementaria y equipos de vigilancia de fronteras terrestres y marítimas. Además de los numerosos dispositivos de control que financia en ese país desde comienzos de los años 2000, hata dónde está dispuesta a llegar la UE?

En este mercadeo, ACNUR desempeña un papel indispensable: avala el papel crucial que juega Libia en la política europea de gestión de la inmigración y de la externalización de fronteras. Gracias a la presencia de ACNUR en Trípoli, Italia, que ha firmado un acuerdo con Libia en agosto de 2008, y Europa, hacen creer que los boat-people rechazados a Libia encuentran allí un mínimo de seguridad y protección. Todo el mundo sabe muy bien que se trata de una cortina de humo: las condiciones en que son tratados los inmigrantes en Libia están bien documentadas y son perfectamente conocidas por las autoridades y las instituciones europeas. Libia, que no ha firmado la Convención de Ginebra sobre los refugiados, maltrata, encierra y deporta a miles de inmigrantes cada año [1]. Su frontera sur, donde Europa está invirtiendo para candarla mejorar, es ya un cementerio para los subsaharianos que intentan franquearla.

Melissa Fleming, portavoz de ACNUR, reconoce el papel asignado a su institución: "Todos los gobiernos europeos que utilizan Libia como un lugar donde pueden ser acogidas las personas que huyen de las persecuciones deberían reconsiderar cuidadosamente su posición si ACNUR ya no está presente allí." No se puede ser más claro: la presencia de ACNUR en Libia permitía, sobre todo, justificar la política de externalización y deportación llevada a cabo por la UE [2]. Esta última está hoy pillada en su propio juego. Libia sube la apuesta y ACNUR es el cómplice de estas negociaciones sórdidas: su regreso a Trípoli ya está programado " [3].

Migreurop denuncia la actitud hipócrita de la Unión Europea y ACNUR, pretendiendo querer asegurar una protección a los solicitantes de asilo, mientras que lo que está en juego es otra cosa: hacer del coronel Gadafi, el gendarme de las fronteras de Europa y el carcelero de migrantes que buscan protección internacional o una vida mejor.

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