Contra la créacion de campos a las fronteras de Europa

La idea de instalar centros de retención para los solicitantes de asilo más allá de las fronteras europeas (aplazada durante la cumbre europea de Tesalónica de 2003) fue retomada durante la reunión de ministros de interior de la Unión Europea, el pasado 1 de octubre de 2004. Bajo los diplomáticos nombres de “portales de inmigración” o de “centros de asistencia”, se trataría, de hecho, de crear campos en los países fronterizos de la Unión europea donde serían internados, o incluso repatriados, todos aquellos extranjeros que traten de acceder al territorio europeo para buscar protección o una mejor vida, sean éstos inmigrantes o solicitantes de asilo. Para su realización se habría acordado el desbloqueo de importantes créditos.

Según ciertos gobernantes de la Unión europea, la externalización de los procedimientos de asilo y de inmigración responde a una preocupación “humanitaria”, que tiene como objetivo el salvar la vida de aquellos que, semana tras semana, tratan de alcanzar las costas europeas, aunque para ello deben encerrarlos en campos situados en la ribera sur del Mediterráneo.

Si esta propuesta llegara a concretarse, supondría un retroceso sin precedentes de como Europa entiende sus responsabilidades respecto a las poblaciones que están huyendo de conflictos, de violaciones de derechos humanos y de la miseria. Sería también la prolongación de una lógica cínica, que lejos de tener en cuenta las causas que originan las migraciones para darles respuesta, desde hace diez años sólo está interesada en proteger a Europa de las víctimas de los conflictos mundiales. Esta propuesta conlleva el riesgo de volver a ver resurgir campos de refugiados de siniestra memoria, como en los años 30 o durante la guerra de Bosnia.

El 5 de noviembre, los veinticinco Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión europea deberán pronunciarse sobre el futuro de la política de inmigración y de asilo. Las decisiones que adopten nos afectan a todos. La Europa que deseamos no puede abandonar sus responsabilidades en virtud de las convenciones internacionales que ha ratificado: Declaración Universal de los Derechos Humanos, Convención de Ginebra y Convención Europea de los Derechos Humanos. La Europa que nosotros deseamos tiene que poner fin a los postulados insensatos en los que se ha embarcado en relación con la inmigración y los solicitantes de asilo.

Rechazamos la idea de campos en las fronteras europeas e instamos a los representantes de los gobiernos y a los parlamentarios a ejercer una firme oposición. Solicitamos que, en virtud de los principios fundamentales del derecho internacional, la Unión Europea facilite el acceso a su territorio a aquellas personas que precisen de protección, en vez de derivar sus responsabilidades a terceros países.